MIENTRAS TANTO...

Tengo una obsesión por los originales de páginas de cómic. Jamás he podido comprar uno porque o son muy caros o no encuentro uno que me guste. Así que con el pasar de los años, he buscado en las páginas de subastas de originales, copias digitales, que sean lo suficientemente fieles como para admirar todos los detalles o errores que tienen los dibujantes, entintadores y hasta letristas en sus hojas; el lápiz gris o azul, las anotaciones sobre plenos o color, la tinta china, los trazos de pincel, de plumín, de rotuladores, de estilógrafos, de tinta blanca, en fin, los infinitos trabajos que componen una página de historieta. 
Si bien algunos mecanismos aún se siguen utilizando (aún existe una infinita cantidad de dibujantes que prefieren seguir manchándose los dedos a mover un mouse o lápiz óptico) la gran mayoría de las páginas que colecciono son de hace varias décadas ya. Me gusta observar detenidamente como los dibujantes de hace unos años (tampoco tantos) sin la ayuda de la pc, elaboraban una increíble y variadísima gama de recursos y efectos en sus páginas. Y eso me ayuda y me impulsa a probar nuevos horizontes, puesto que a mí, el trabajo a pc me resulta indiferente, hasta inexpresivo. Pero ojo, es una opinión, hay muchos y muy excelentes trabajos e historietas ahí afuera que se han hecho íntegramente con la ayuda de la pc.

Pero eso no quita el hecho de que a mí no me guste trabajar con la pc. Lápiz, Tinta y Tipografía de mis páginas son 100% hechos a mano (nótese que obvié el color). Repito: porque me gusta, soy un romántico en este aspecto.

Algunas veces suelo escanear varias veces la misma página en distintas fases para ver que defectos y virtudes tuve en el proceso. En este caso en particular, eran las cuatro de la mañana de un día martes. Imagínense, el cansancio y la estupidez ya me habían poseído casi al completo, cuando de repente decidí que era un buen momento para dibujar esta página. ¿Locura? ¿Voluntad? Sea cual haya sido la razón, estoy muy agradecido de haber estado lo suficientemente despierto como para escanear el proceso. Veamos.


Lápices, con uno con la punta más redondeada, boceto. Otro con más punta le da forma al dibujo.


Contornos, con pincel los más importantes, con plumín o estilógrafo los planos secundarios.


Plenos, trato de componerlos de acuerdo a lo que marqué con el lápiz.


Y por último trabajo los detalles, en este caso, las capas de "gris".



¿Bastante bien para la madrugada, eh?